Cuando empezamos el jardín en sala de tres (y digo empezamos porque siento que yo estoy haciendo el jardín de nuevo, sólo que ahora estoy más cerca del nivel de la docente) se armó un grupo de whatsapp de madres y padres del jardín. Si alguien se lo pregunta, sí, es prácticamente igual al de la serie Según Roxi. Ocasionalmente arreglan reuniones fuera del jardín, para llevar a los chicos a una plaza, a un pelotero, a fútbol, y ahora a patín.
No puedo contestar ninguna de esas invitaciones. No me animo a hacerlo. Y si lo hiciera tendría que excusarme diciendo que no podemos porque tenemos fonoaudióloga/psicóloga/psicomotricista/terapia ocupacional o algún otro compromiso similar. Cuando salimos del jardín me voy lo más rápido que puedo.
Como no contesto las invitaciones y me escabullo del jardín a la salida, siento que de a poco me estoy volviendo invisible. A veces creo de verdad que nadie me ve. Hasta que navegando por internet me encuentro con este texto, y me entero que alguien me ve. Me gustaría decirle gracias por verme. Gracias por darte cuenta que no soy invisible.
No puedo contestar ninguna de esas invitaciones. No me animo a hacerlo. Y si lo hiciera tendría que excusarme diciendo que no podemos porque tenemos fonoaudióloga/psicóloga/psicomotricista/terapia ocupacional o algún otro compromiso similar. Cuando salimos del jardín me voy lo más rápido que puedo.
Como no contesto las invitaciones y me escabullo del jardín a la salida, siento que de a poco me estoy volviendo invisible. A veces creo de verdad que nadie me ve. Hasta que navegando por internet me encuentro con este texto, y me entero que alguien me ve. Me gustaría decirle gracias por verme. Gracias por darte cuenta que no soy invisible.
Te veo
Te veo llevando a tu hijo a terapia mientras tus amigos llevan a sus hijos a fútbol o a ballet.
Te veo escabullirte de la conversación cuando todos tus amigos presumen de logros y notas de exámenes.
Te veo hacer malabares con eventos y reuniones.
Te veo sentada al ordenador durante horas investigando sobre lo que tu hijo necesita.
Te veo poner mala cara cuando la gente se queja por lo que parecen tonterías.
Te veo desvanecerte poco a poco pero sigues yendo más allá por tu familia.
Te veo sacar fuerzas de flaqueza con una fuerza que ni soñabas que tenías.
Te veo mostrando respeto hacia los profesores, terapeutas y profesionales médicos que sirven a tu hijo para ayudarte.
Te veo levantarte temprano por la mañana para hacerlo todo otra vez después de otra caótica noche.
Te veo cuando estás al filo del precipicio luchando por vivir.
Sé que te sientes invisible, como si nadie se diera cuenta. Pero quiero que sepas que yo me doy cuenta. Te veo empujar siempre hacia adelante. Te veo elegir hacer todo lo que puedes para darle a tu hijo el mejor cuidado en casa, en el colegio, en terapia y en el médico.
Lo que haces importa. Vale la pena.
En esos días en que te preguntes si puedes hacerlo un minuto más, quiero que sepas que te veo. Quiero que sepas que eres bella. Quiero que sepas que vale la pena. Quiero que sepas que no estás sola. Quiero que sepas que el amor es lo más importante, y que eres la mejor en eso.
Y en esos días en que ves una mejora, esos momentos en que el trabajo duro tiene su recompensa, y puedes saborear el éxito, también te veo entonces, y estoy orgulloso de ti.
Sea cual sea el día de hoy, vales mucho, lo estás haciendo bien... y te veo. ❤
Alethea Mshar
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