sábado, 19 de enero de 2019

Negar la discapacidad

House: - Verás: Los blancos flacuchos socialmente agraciados trazan un bonito circulo. Los de dentro del circulo son normales. A los de fuera hay que darles una paliza, machacarlos y reprogramarlos para meterlos en el circulo. Si eso falla hay que internarlos o compadecerlos, que es peor.
Cameron: - ¿Así que esta mal sentir lastima por ese niño?
House: - ¿Por qué sentir lástima por alguien redimido de las inanes normas de cortesía que son una completa idiotez, hipócritas y por tanto degradantes? El chico no tiene que fingir que le interesa tu lumbalgia, ni tus excreciones, ni donde le pica a tu abuela. ¿Te imaginas lo liberador que sería tener una vida exenta de todas esas empalagosas idioteces? No lo compadezco. Lo envidio.
Diálogo del capítulo de Dr. House Líneas en la arena (tercer temporada)





Un persona que tengo entre mis contactos puso este texto en su facebook y le respondí que no me gustó este capítulo de House porque nadie envidia una discapacidad, ni tener que depender de otras personas y tener complicaciones en todos los ámbitos de la vida. Me dijo que el autismo no es una discapacidad sino una condición. Yo le respondí que tengo un certificado médico que prueba que sí es una discapacidad. Me dijo que estaba equivocada y alguien más me preguntó si yo me consideraba una trastornada.


Como en vez de tener la posibilidad de dialogar civilizadamente la situación ya estaba enfilado hacia las agresiones personales preferí no aclarar que el certificado no es mío sino de Laura, y decidí borrar mis comentarios. No entiendo porque incluso entre la gente que esta inmersa en el ámbito del autismo consideran la palabra discapacidad como mala palabra o tabú. ¿Conocen el juego que no se puede decir la palabras "si", "no", "blanco" o "negro"? Bueno, hay gente que juega a no decir "discapacidad" o "autismo" como si fueran malas palabras. Pero negar la discapacidad no va a hacer que desaparezca. Solo si la aceptamos podemos trabajar en aprovechar al máximo las fortalezas y hacer todo lo posible por reducir las debilidades o dificultades que vienen con ella.


Si se me hubiese presentado la oportunidad le podría haber dicho que yo tengo la enfermedad de Gaucher, es congénita y hereditaria, y no por eso me considero una enferma. Nuestro lenguaje es rico y complejo, y tiene muchos matices, que por desgracia no todos pueden o quieren apreciar.

Para seguir leyendo
Discapacidad: Las cosas por su nombre

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