Hay dos momentos de mi vida a los que les dediqué una sólida planificación: cuando me casé y cuando me quedé embarazada.
Un casamiento requiere mucha planificación. Yo hasta hice un breve curso de wedding planner, y entrevisté a algunas wedding planners que me dieron varios consejos que me resultaron muy útiles.
Durante el embarazo no sólo no me molestó hacerme estudios a cada rato, sino que incluso los disfrutaba. Llegué a hacerme casi una ecografía por mes. Supongo que por ansiedad de madre primeriza.
Los eventos especiales de la vida se planifican para que salgan lo mejor posible. Entonces ¿Por qué no hacemos lo mismo con el resto de nuestra vida? Una adecuada planificación seguida de las acciones correctas nos ayudarán a alcanzar los objetivos que deseamos para el año próximo. Hagamos que cada día sea un evento importante. Hagamos que nuestra vida sea importante. ¡Felíz 2017!
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