El primero de septiembre de 2016 salió una nota de Clarín que provocó varios comentarios que demostraron que mucha gente ignora por completo que es el autismo. Tenía escrito un post de tres partes para corregir las afirmaciones erróneas que se hicieron en esos comentarios.
No estaba segura de continuar con este tema porque ya pasó mucho tiempo. Pero hace poco un conductor de un programa de televisión española se refirió a los chicos con autismo como "entes distintos que no demuestran ningún tipo de emoción". Me sorprende que esta desafortunada expresión venga de un hombre que tiene un hijo discapacitado y que creó una fundación para ayudar a familias de chicos con lesiones cerebrales.
Me imagino que no tuvo mala intención, pero debió informarse mejor antes de decir algo así. Cuando le empezaron a llegar mensajes a sus redes sociales de padres de chicos con autismo, pidió disculpas. Como aún quedan muchos prejuicios por derribar les brindo la segunda parte de este post.
En la nota de Clarín hubo demasiados comentarios desubicados de personas que creen que hablan con conocimiento, y en realidad lo que están haciendo es desparramar ignorancia. Cuando varios le respondimos a la persona que escribió este comentario punto por punto en qué se equivocaba, la autora del comentario volvió al ataque con esto:
Primero. Llamar a una persona "el autista" me parece ofensivo. A ella no le gustaría que le digan "la gorda" "la miope" o "la chueca", por poner algunos ejemplos, como si una sola característica la definiera como persona. Yo prefiero "persona con autismo" porque la persona está antes que el diagnóstico. Aclaro que es lo que yo prefiero, porque hay personas que se sienten ofendidas con esta elección de términos.
Segundo. Dice "Hay muchos chicos mal diagnosticados". No sé de donde saca eso. El diagnóstico lo puede realizar un pediatra, pero además lo tiene que confirmar un neurólogo, y luego ese diagnóstico es evaluado por un junta médica que confirma la discapacidad para dar un certificado que tiene validez de documento. En el caso de que un profesional se equivoque, es prácticamente imposible que TODOS los demás también lo hagan.
Tercero. Dice "Por más que nos esforcemos, con terapias y tratamientos, llegará a un límite que no podrá superar". Que triste debe ser la vida de una persona que cree eso. Existen cientos de ejemplos que confirman lo errado de esta afirmación tan negativa (que contradictorio, es verdad).
Puedo usar ejemplos de muchas personas que no se dejaron vencer por su discapacidad, y superaron todos los limites: Beethoven, Hellen Keller, Stephen Hawking, Nick Vujicic, Pablo Pineda, y la persona que más adoramos todas las madres azules, Temple Grandin (Ella es como una estrella de rock para nosotras). Todos ellos demostraron que los mayores límites sólo están en nuestra mente. Depende de cada uno si quiere ponerse límites o no.
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