La semana pasada me preguntaron en el jardín de Laura si estaba estudiando (estaba con mi bullet journal). Le respondí que trabajaba en mis ratos libres.
- Ah, ¿De que trabajás?
Me paralicé unos segundos y tuve que pensar la respuesta.
- Trabajo desde mi casa. Hago cosas tejidas.
- ¿Saquitos?
- No. Gorros, bufandas y muñecos.
Sentí que estaba mintiendo. ¡Y encima hace mucho tiempo que no tejo! No me animé a contestarle que estaba escribiendo un post para el blog. No sé porque no suena bien, no suena a "trabajo".
Creo que la mayoría de la gente debe pensar que si no ganás plata haciendo algo, esa actividad es un hobby y no califica como trabajo. Pero por otro lado, yo me ocupo de las tareas de mi casa, no gano plata por eso, y estoy segura que no califica como hobby, porque no lo hago por placer.
La solución es tener claros los objetivos que nos impulsan a hacer algo, sin importar si lo que hacemos nos reditúa económicamente o no.
Yo no tenía muy claros mis objetivos hasta hace poco. La semana pasada les conté mis nuevos objetivos en este post. Ahora sé que tener claro lo que queremos hacer, y poder expresarlo con confianza, no es sólo útil para buscar inversores en lo que dura un viaje en ascensor.
Y vos, tenés claros tus objetivos?
Me gustaría que me los cuentes.
Y vos, tenés claros tus objetivos?
Me gustaría que me los cuentes.
Qué buena reflexión ! Te dejé un mensaje en FB, con un blog muy nuevito pero que creo que te puede interesar. Bs.
ResponderBorrarGracias Silvia! Le voy a echar un vistazo.
BorrarMe he sentido super identificada con tu post! El trabajo en casa es el único que no se reconoce, pero lo importante es que nosotras le demos la importancia que sabemos que tiene y que todo lo que hagamos nos haga felices.
ResponderBorrarGracias Paty, darle importancia a lo que nos hace felices es fundamental, pero lamentablemente nuestro ritmo de vida nos obliga a darle más importancia a lo que nos permite ganar plata. Quizás en algún momento sea posible encontrar el equilibrio entre ambas cosas.
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